
WASHINGTON (AP) — En el año desde que su esposo estadounidense fue detenido en Cuba y acusado de espionaje, Judy Gross se ha visto obligada a vender la casa familiar en Maryland y mudarse a un pequeño apartamento en Washington.
Su hija menor, muy perturbada y llorando en vísperas del cumpleaños de su padre, tuvo un accidente en el que su auto quedó destrozado. A su hija mayor le diagnosticaron cáncer de mama.
A más de 1.700 kilómetros (1.100 millas) de distancia, Alan Gross pasa su tiempo en un hospital militar cubano, mirando partidos de béisbol por televisión o tocando un instrumento de cuerdas que le facilitaron sus carceleros.
Judy Gross dice que cuando Alan salió para Cuba en diciembre pasado, planeaba pasarse solamente 10 días ayudando a establecer acceso a la internet para miembros de la pequeña comunidad judía cubana, que se piensa son unos 1.500.
Fue arrestado en su hotel hace un año, acusado de espionaje por el presidente Raúl Castro y otros altos funcionarios.
"Todas las mañanas me levanto y por unos segundos es como una mañana cualquiera, y entonces me acuerdo... que él se ha ido", dijo Judy Gross a The Associated Press en una entrevista.
Su arresto se ha vuelto un punto espinoso en las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, dos países que han estado enemistados durante decenios. Funcionarios estadounidenses han negado acusaciones de que Gross sea un espía y dicen que no habrá progreso en las relaciones bilaterales hasta que éste sea dejado en libertad.
Su trabajo formaba parte de un programa de la Agencia Estadounidense pare el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), un organismo del gobierno que provee asistencia en todo el mundo, pero que Cuba ha criticado por tratar de promover cambios democráticos en la isla.
No están claros los detalles específicos de lo que Alan Gross estaba haciendo o qué pudo haber hecho para enfurecer al gobierno cubano.
Judy Gross insiste categóricamente en que su esposo no es un espía. Después de todo, dice, por qué el gobierno estadounidense escogería a una persona que no habla español.
"El es un humanitario, un idealista, y probablemente ingenuo al no saber exactamente en qué se estaba metiendo ... que podía ser arrestado", dijo.
El gobierno cubano no respondió a solicitudes de comentarios, pero funcionarios han dicho previamente que el caso de Gross está pendiente y que no hay nada inusual en el largo tiempo que se ha pasado encarcelado sin ser acusado formalmente.
Por ahora, Gross está siendo retenido en el hospital militar de La Habana, donde comparte una habitación de tres personas. Para mantenerse ocupado, escribe mucho, incluyendo cartas a familiares y amigos. Judy Gross, que es sicóloga, dice que a veces su esposo suena deprimido o furioso, y en otras cartas está más animado.
Gloria Berbena, portavoz de la sección de intereses de Estados Unidos en La Habana, que actúa como embajada, dijo no saber nada nuevo en el caso, aunque las autoridades de Washington siguen presionando por la excarcelación de Gross.
Fuente:Wapatv
Por Bernacet Laboy
Para Noticias Velad


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